+34 610 869 898 comercial@trixma.com

Hoy en día es habitual contratar conexiones a Internet cada vez más rápidas, muchas de ellas alcanzando velocidades de hasta 1 Gbps (o incluso más en entornos profesionales o con fibra simétrica). Sin embargo, muchas personas desconocen que el tipo de cable de red que utilizan puede limitar drásticamente el rendimiento de su conexión.

Y sí, aunque tengas contratado 1 Gb de velocidad, si estás usando un cable de red inadecuado, es muy probable que no estés aprovechando ni la mitad de esa capacidad. Por eso, en este post vamos a explicarte cuáles son los diferentes tipos de cables RJ45 y cómo influyen directamente en la calidad de tu conexión.

¿Qué es un cable RJ45?

Un cable RJ45 es el más común para conectar ordenadores, consolas, televisores y otros dispositivos a redes locales o directamente al router. Aunque todos estos cables tienen el mismo conector (el clásico «clip» transparente), internamente pueden ser muy distintos, y ahí es donde está la clave.

Estos cables se clasifican en diferentes categorías, que definen la capacidad máxima de velocidad y frecuencia que pueden soportar.

Tipos de cables de red RJ45 y su rendimiento

Existen diferentes categorías de cables de red RJ45, y cada una ofrece distintas capacidades de velocidad y rendimiento. Por ejemplo, los cables de categoría 5 (Cat 5) permiten velocidades de hasta 100 Mbps y ya están bastante obsoletos. Los Cat 5e, aunque más comunes hoy en día, alcanzan hasta 1 Gbps, pero si tienes contratada una conexión de fibra óptica de 1 Gbps, estarás justo al límite de su capacidad, lo que puede ocasionar cuellos de botella si tienes más de un dispositivo conectado o si hay interferencias. En cambio, los cables de categoría 6 (Cat 6) pueden manejar hasta 1 Gbps en tramos de hasta 100 metros, o incluso hasta 10 Gbps en distancias más cortas (hasta 33 metros), lo que los hace ideales para aprovechar mejor conexiones rápidas. Los Cat 6a aumentan aún más el rendimiento al soportar 10 Gbps a 100 metros con una frecuencia mayor, mejorando la estabilidad de la red. A partir de ahí, los Cat 7 y Cat 8 están pensados para entornos profesionales o de centros de datos, permitiendo velocidades de 10 Gbps (Cat 7) o incluso hasta 40 Gbps (Cat 8), aunque este último está diseñado para distancias más cortas (hasta 30 metros). En resumen, si quieres sacarle el máximo provecho a tu conexión a Internet, especialmente si es de alta velocidad, es fundamental que uses un cable de red de categoría adecuada, siendo recomendable al menos Cat 6 o superior.

¿Por qué es importante esto?

Supongamos que tienes contratada una conexión de 1 Gbps (1000 Mbps), algo muy común en hogares con fibra óptica. Si estás utilizando un cable Cat 5, estás limitado a 100 Mbps. Incluso si tienes un cable Cat 5e, que en teoría soporta hasta 1 Gbps, este tipo de cable puede no ofrecer estabilidad en ciertas condiciones, especialmente si es de baja calidad o muy largo.

Por otro lado, si utilizas un cable Cat 6 o superior, te aseguras de que tu conexión fluya sin cuellos de botella, incluso si estás transfiriendo archivos grandes por la red local o si piensas ampliar tu velocidad de internet en el futuro.

¿Cómo afecta esto a tu ordenador?

Velocidad real limitada: Aunque el router te indique que estás recibiendo 1 Gbps, si tu cable no lo soporta, el ordenador no podrá recibir esa velocidad.

Latencia y estabilidad: Cables de menor categoría pueden introducir pequeñas interferencias o pérdidas, especialmente en entornos con muchos dispositivos electrónicos.

Actualizaciones futuras: Si cambias de proveedor o aumentas tu velocidad, tener cables obsoletos puede obligarte a sustituirlos más adelante.

Recomendaciones finales

Evita Cat 5 o cables sin etiquetar. Si no ves ninguna categoría impresa en el cable, es mejor cambiarlo.

Cat 6 es hoy la opción ideal para la mayoría de los hogares. Ofrece buena velocidad, rendimiento estable y es compatible con las tecnologías actuales.

Si vas a hacer instalaciones largas o preparar tu red para el futuro, considera Cat 6a o Cat 7.

Verifica también la tarjeta de red de tu ordenador. De nada sirve tener un buen cable si tu equipo solo soporta 100 Mbps.

Conclusión

Tener un buen servicio de internet no es suficiente: el tipo de cable de red que utilices puede marcar la diferencia entre aprovechar todo tu ancho de banda… o no. Revisar y actualizar tus cables RJ45 es una forma sencilla y económica de mejorar el rendimiento de tu red y asegurarte de que estás sacando el máximo partido a tu conexión.

¿Y tú? ¿Qué tipo de cable estás usando?